Un poco de mi

Mi foto
Dama Oscura
Llegue a una edad donde des-enamorarme ya no duele tanto como lo es pagar mis deudas.
Ver todo mi perfil

Gana Dinero con tu Blog

Gana Dinero con tu Blog
Al igual que yo ya estoy ganando

viernes, 31 de julio de 2020

Frustración

Memorias de Dama Oscura: Frustración 

- Si fueras un vampiro, ¿cuál seria tu poder? - estaba cenando con Sebastián, un chico con el que salía cuando tenía quince años, era un restaurante de medio rango. 
El era mi mayor por mucho, diez años, a decir verdad, empiezo a sorprenderme de mi misma al darme cuenta que quienes se involucraron conmigo desde muy joven eran sujetos muy mayores a mi.
- ¿Por qué te interesan los vampiros?
- Pienso escribir una historia referente a eso...
- En serio, ¿no puedes hacer algo más productivo con tu tiempo?
- ¿Algo como que?
- No lo sé, deja de soñar con esas cosas, no es sano.
- Pero me gusta escribir.
- En serio, Nina, te pasas mucho tiempo leyendo novelas y escribiendo historias, debes dejarlo.
- Pero... A mi me gusta.
- Haz lo que quieras... Carajo, ¿por que te pones a llorar?
- ¡¡Que te importa!! - Grite - un día, encontraré a alguien que le guste la idea de que escriba.
- Ok, Nina, aprende a cocinar, por ejemplo, aprende a coser, aprende a usar maquillaje.
- ¿Por qué querría aprender esas cosas?
- Nina, un día nos vamos a casar y cuando vuelva del trabajo quiero tener la comida lista, la ropa limpia y los niños atendidos.
- Yo no quiero tener hijos.
- ¿Cómo que no? Todas las mujeres quieren tener hijos, no te preocupes, cuando te embarace vas a querer.
- No me vas a embarazar, cuando cumpla diez y ocho años me voy a ligar.
- Necesitas autorización de tu marido para poder hacer eso.
- Pues me das la autorización.
- Claro que no, yo quiero tener seis hijos.
- ¡¡Estas loco!! Yo no voy a tener hijos.
- ¿Por que no?
- No me gustan los niños, no me gusta cambiar pañales, no me gusta la idea de estar estancada sin hacer lo que quiero hacer.
- ¿Y que quieres hacer?
- Quiero ser escritora, publicar novelas, crear una saga literaria, que se hagan películas de mis libros, viajar por el mundo, que Gabriel Garcia Márquez firme los libros que tengo de él...
- Sueñas mucho...
- Soñar es el inicio de los sueños.
- No pierdas el tiempo, mejor casemonos, te comprare una hermosa casa tendremos hijos que vas a criar y cuando ellos sean profesionales te sentirás dichosa...
- ¡¡No quiero tener hijos!! ¿No lo entiendes?
- Ahora no quieres Nina, pero en un futuro si vas a querer.
- Mira, si encuentro un hombre a quien yo ame con todas mis fuerzas, entonces no me voy a cuidar y tendré un hijo, pero solo uno y cuando de a luz, pediré ahí mismo que me liguen y será todo.
- Pero yo quiero tener varios hijos.
- ¿Tu los vas a cuidar? Tu vas a ver que no les pase nada, les cambiaras los pañales, pagarás todos sus gastos, ¿Lo harás?
- Claro que si, voy a trabajar mucho para darles lo mejor.
- Y por que no, mejor, no tenemos hijos y viajamos por todo el Perú.
- Podemos viajar en las vacaciones.
- O viajar todo el año, si escribo buenas historias, publico libros y se venden bien, tendré dinero y podremos viajar.
- Ya para con eso Nina, eso es absurdo, los escritores no viven de eso, usualmente se mueren pobres y es después que mueren que sus obras se hacen inmortales.
- Ya me voy - murmuré.
- Estamos comiendo.
- Ya perdí el apetito.
- No te pongas a hacer otro berrinche Nina.
- Tengo quince años, debiste pensar en estas cosas antes de enamorarte de mi.
- Se más realista, por favor, lo que quieres es muy difícil de lograr.
- No lo es, claro que no lo es.
Me levante del asiento, y salí del local. 
Sebastián pidió la cuenta y salió por mi, yo había empezado a caminar por la vereda hacia donde quedaba mi casa, el me siguió con su moto manejando despacio para estar a mi velocidad.
- Por favor Nina, no te pongas así.
- Déjame - dije limpiandome la cara - me voy a casa.
- Estamos al otro lado de la ciudad, dejame llevarte.
- ¡No! - grité - iré caminando.
- No puedes ir caminando hasta allá.
Lo mire enojada.
- Observame.
- Por favor, detente.
Me tropecé y caí, me senté en el piso y me puse a llorar.
- Por favor Nina, deja de llorar, la gente nos está mirando.
- Pues que nos mire, estúpido zapato.
- ¿Por qué te pones así?
- ¿Cuanto tiempo estamos saliendo, lo recuerdas?
- Casi cuatro meses.
- ¿Alguna vez entraste a mi blog a leer algo de lo que escribo? Mis cuentos, mis memorias, mis poemas, algo.
- ¿Por qué perdería mi tiempo haciendo eso? Tu me puedes contar lo que quieres contarme.
- Vete.
- Nina, son las nueve, no te puedo dejar aquí.
- Sebastián - lo mire fijamente - ya no quiero estar contigo.
- ¿Por qué?
- No sabes lo que quiero.
- Si no me dices lo que quieres, ¿como lo sabré?
- ¡¡Es fácil!! Solo tienes que leer lo que escribo.
Me levante y empecé a caminar, un motocarrista de detuvo.
- ¿La llevo?
- No tengo dinero, gracias - respondí.
- Nina, deja que te lleve a casa - dijo Sebastian. 
- Caminaré hasta mi casa.
- ¿Hasta donde va señorita? No le voy a cobrar, permita que la lleve.
- No tengo dinero - respondí.
El motocarrista miro a Sebastián y me miro.
- Yo la llevo - dijo mirándome.
Mire a Sebastián y me subí al motocarro.
- ¿Que haces? ¡No lo conoces!
- No vuelvas a buscarme, Sebastián.
- Por favor, hablemos.
El motocarrista arranco y Sebastián se quedó atrás, nos detuvimos en la esquina de la calle que entraba a mi casa.
- Gracias por traerme, disculpe, realmente no tengo dinero.
- No te preocupes - murmuró - ¿por que lloras?
- Por idioteces, ay no, que hice, termine con Sebastián, que estúpida soy.
- Un hombre que te hace llorar no merece estar contigo.
- Él no me hizo llorar yo soy llorona, lloro por cualquier cosa y muchas estupideces.
- ¿Quieres hablar de eso?
Lo miré por un minuto.
- ¿Cómo te llamas? - pregunté.
- Anthony.
- Soy Nina, ¿desde cuando motocarreas?
- Desde los diez y seis.
- ¿Y por qué te detuviste?
- Mi hermana tiene un marido que la golpea, pero aunque le decimos que lo deje, no lo deja, cuando veo una pareja discutiendo en la calle, me detengo a ayudar.
- No estábamos discutiendo, yo hacía un berrinche.
- ¿Por qué?
- Te contaré, yo, quiero ser escritora, escribo en un blog actualmente, pero, siempre que conozco a alguien y me gusta y yo le gusto y salimos, resulta que a él le fastidia que yo escriba y me dice que es una tontería, que no pierda mi tiempo, que los escritores se mueren de hambre, que haga cosas más productivas.
- ¿Que cosas?
- El me dijo que aprenda a cocinar, a coser y esas cosas de las amas de casa.
- Me parece lógico, ¿Y sabes hacer esas cosas?
- Pues no.
- Sabes, si sigues así, llegaras a los treinta y no te vas a casar.
- No quiero casarme.
- ¿Cómo sabes?
- Yo quiero ser escritora, viajar por el mundo y vivir de las regalías de mis libros.
- Pues hazlo.
- ¿Qué?
- En este mundo todo es posible, si quieres hacer eso, hazlo, si crees que puedes lograrlo, hazlo.
Sebastián apareció.
- Nina - dijo mirándome - por favor hablemos.
- Ya voy - murmuré - gracias por traerme, Anthony.
- Persigue tus sueños - dijo sonriendo.
Baje del mltocarro, Sebastián se acerco y pagó por la carrera, nos sentamos en la vereda de mi casa.
- Lo siento mucho - dijo Sebastián - no quise hacerte llorar.
- Mira, creo que no llegaremos a ningún lado - murmuré - nuestras metas son totalmente diferentes, yo no voy a ser una ama de casa, nunca, no me voy a quedar en casa a cocinar, lavar y limpiar a esperar a mi marido y tener hijos como conejo, no es lo que quiero.
- Mira, encontraremos un punto medio.
- No existe un punto medio, Sebastián, es que si no eres capaz de creer que mis sueños son posibles, no llegaremos a ningún lado, tendremos que hacer lo que tu quieras y yo seré infeliz por siempre.
- ¿Por qué piensas que lo que yo quiero, te hará infeliz?
- Cuando sea mayor de edad, voy a viajar.
- ¿Con que dinero?
- No lo sé. Pero lo haré.
- Nina, no puedes saberlo.
- ¡Yo lo sé! Lo sé, porque lo sé, yo voy a viajar, voy a escribir y voy a tener un hombre que será capaz de ver que lo que escribo es realmente bueno y me apoyará para seguir haciéndolo, pero definitivamente ese hombre no eres tu, Sebastián.
- No Nina.
- No quiero que vuelvas a buscarme.
- Te arrepentirás de terminar conmigo.
- Probablemente, pero te juro que no te volveré a buscar.
Sebastián se subió a su moto, entre a mi casa llorando.
Me metí a mi habitación y terminé de llorar.
Aún tengo esos sueños, a decir verdad pensé que para los 30 años, ya habría publicado al menos 5 libros... Aún me siento frustrada a veces de ver que no avanzó como quisiera.

Dama Oscura 

0 escribieron:

Publicar un comentario

Deja tu opinion

Quiza quieras leer

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

PROHIBIDO COPIAR

trucos blogger