Mi enredo con el venezolano: Celos

- Nina, acabo de pasar el susto de mi vida.
- ¿Que paso?
- Carlos, carajo ¡dime que paso! ¡Me tienes en ascuas!
- Calma Nina, no es nada grave.
- Dime de una vez.
- Exploto un balón de gas en el trabajo de Catalina.
- ¡Por los dioses del olimpo! ¿Ella está bien?
- Si, está bien, no estaba cerca a ella cuando paso la explosión.
- Que bueno, me asustaste, no hagas estas cosas Carlos, en serio me puse mal, mira voy a prender una vela para que la virgen cuide a Catalina, no quiero que quedes viudo antes de que te cases y termines mandando nuestros negocios al carajo.
- Eso no pasará Nina, lamento haberte preocupado, me alegra que Catalina te agrade.
- Mira, me hablas tan bonito de ella, que te juro que cuando vengan a Iquitos, ella y yo seremos muy amigas.
- Eso me encantaría, voy a comer, ya regreso.
Media hora después.
- Nina.
- Dime.
- Ese sujeto de tu pagina ¿es Diego?
- Ah, sí es el, ¿no lo habías visto?
- Sabes que entro al fb solo en las noches.
- Pues pasamos la tarde juntos, fue muy divertido.
- Ah, ¿sí? ¿qué hicieron?
- A ver, primero fuimos a comer a un chifa, ahí nos tomamos la foto para la página, luego nos fuimos a Nanay, a pasear, estuvimos andando y conversando, mucho rato, luego fuimos por unos helados, ahí mismo en Nanay, comimos pizarrones también, la verdad no he salido en varios meses a pasearte ver la ciudad de nuevo, fue fantástico, luego de eso un amigo suyo lo llamo, resulta que su amigo mira mi pagina y nos fuimos a verlo, estuvimos un rato charlando, luego fuimos a cenar y me dejo en mi casa.
- ¿A qué horas te dejo en tu casa?
- Como a las siete, creo.
- Nina, yo te quiero mucho.
- Yo también te quiero Carlos.
- No, Nina, quiero lo mejor para ti y yo te voy a cuidar en la medida que me sea posible.
- Si, Carlos, yo también te cuido, te doy consejos para que tu mujer y tu estén bien y encuentres tu felicidad, y yo asumo que tu quieres lo mismo para mi, ¿verdad?
- Nina, las personas allá en Iquitos, ¿tienen su apariencia?
- En su mayoría si, aqui hay mucha mezcla, pero el por su aspecto diría que si tiene poca mezcla de extranjeros en su genealogía.
- Nina, entonces allá yo soy guapo.
- En teoría... serias como un plato exótico.
- Uy ya quiero ir.
- Mira Carlos, tu vienes a Iquitos con tu mujer, o te pongo un calzoncillo de castidad, porque no voy a gastar mi tiempo dándote consejos para que ustedes dos estén bien y luego termines jodiendolo todo.
- Noooo, Nina,  por dios, no me digas eso.
- Estoy siendo muy clara, Carlos, a mi no me gustan las pendejadas y lo sabes.
- Ya mira Nina, ese tipo no me gusta para ti.
- Ahm... no te gusta... ¿cómo?
- Tiene tres hijos con otra mujer.
- Ok, Carlos, yo no voy a entrar en estos juegos.
- Míra su cara, ¿qué le estás viendo?
- Su compañía me resulta muy agradable.
- Su compañía... y su dinero...
- Me conoces Carlos, sabes la clase de hombres que tienen intereses conmigo y para mi él que un sujeto tenga mucho o poco dinero me es irrelevante y no me andes con esas vainas porque ya nos conocemos mucho tiempo y te sabes muchas historias mías.
- Ya Nina, dime, ¿el te gusta?
- Sinceramente, tu sabes como estauvo mi vida amorosa, tuve al economista que casi me mató por su culpa, luego el estudiante de derecho que también me jugó bien feo y estuve dos años huyendo a las relaciones por minucias...
- Nina, yo más que nadie se por todo lo que pasaste y por eso, esta situación no me agrada.
- No te agrada.
- Te veo emocionada con este sujeto, no haz subido una foto con ningún hombre en mucho tiempo y temo que sea un fanfarrón, que resulte que no es lo que dice y termines mal y yo no quiero verte mal.
- Ok, te prometo que si sale mal, esta vez procuraré que el suicidio salga bien.
- Nina esa no es salida, ¿te das cuenta lo que me dices?
- Es que, creo que ya no podría soportar una decepción más.
- No sé, Nina, por favor, no te emociones tan rápido, ve con cuidado, que se yo, se precavida, no te enamores rápido.
- Carlos... estas celoso, verdad.
- Pues, sinceramente, no creí que de un momento a otro empieces a salir con alguien.
- Diego y yo, nos estamos conociendo y vamos a salir más veces, porque él me agrada y mucho, ¿entiendes?
- ¡¡Nooo!!
- ¿No?
- ¡Esto no debía ser así!
- ¿Como debía ser? Según tú.
- Diferente.
- ¿Como?
- Deberías luchar por mi.
- Carlos, te das cuenta de lo ridículo que es lo que acabas de decir.
- ¡Pero es que tu me amas!
- Carlos, ok, hay que calmarnos, en principio no te amo, yo te quiero mucho.
- Yo también te quiero Nina.
- No esa forma de querer, Carlos, yo te quiero de tal forma, que quiero verte feliz, yo se que tu felicidad es Catalina y yo no me voy a entrometer en eso.
- Nina, no me digas eso.
- Carlos, nuestra relación se basa en ser honestos siempre y lo prometimos por nuestros proyectos juntos, así que, deja de comportarte como un pendejo.
- Nina, no quiero compartirte con ese sujeto.
- Ese sujeto...
- Ni con ningún otro.
- Carlos estas muy mal.
- Nina, por favor, míra su cara y mírame a mi, mira la diferencia, yo soy totalmente superior.
- Carlos, soy consciente de eso, pase toda la tarde con él.
- Ya te enamoraste de él, ¿no?
- Y si así fuera, ¿qué?
- Yo no entiendo tus gustos.
- Carlos, yo no miro el físico.
- Si, ya me lo dijiste muchas veces, y lo entendí cuando vi las fotos de tus exs, pero no lo sé, Nina, mírame a mi y míralo a el.
- El es real, esta en Iquitos y hasta donde sé, no tiene a otra mujer con la que planea estar, el esta siendo sincero conmigo, eso creo, y yo con él y honestamente, me molesta que reacciones así.
- Es muy feo para ti.
- Carlos, por favor, a mi no me importa.
- Nina imagina que tengan un hijo juntos.
- Dioses, Carlos, ya, basta, no puedo con esto.
- Es que, tienes que pensar.
- Y estoy pensando.
- Pues no parece, míralo.
- No puedes juzgar a alguien por su cara, Carlos.
- Bueno, mira como se viste.
- Tampoco puedes juzgar a alguien  por su forma de vestir y por si lo mencionas, los tatuajes tampoco son razón para juzgar a alguien.
- Me siento muy celoso, la verdad, no esperaba tener que compartirte a ti con otro.
- Carlos, te conozco ya bastante tiempo, mira, yo se lo que tu esperabas de mi, pero las cosas son como son.
- No Nina, por favor no.
- Yo siempre te voy a querer, quiero lo mejor para ti, quiero que seas feliz y quiero que nuestros negocios juntos funcionen porque planeo cobrarte mucho por trabajar contigo.
- Nina...
- Yo quiero hacer esto.
- ¿Por qué?
- Porque me lo merezco, merezco conocer a alguien que se interese en mi, sinceramente, tu sabes lo complicada que soy, y que mi mundo es un asco, y mi vida es insoportable y solo quiero agarrar una cuerda y colgarme y no lo hago, porque no quiero que personas como tu o Patty, lloren por mi, no quiero causarles ese dolor que seria algo tan estupido.
- Por favor ve con cuidado.
- Necesito que me apoyes Carlos, yo te apoyo incondicionalmente y hago lo posible por ayudarte tienes que ser recíproco conmigo.
- Mira, es que, leí lo que escribes de el, y sinceramente, no creí que estando yo, pudieras escribir tan bonito sobre otro hombre.
- Carlos yo me merezco que alguien me quiera y no a medias, no compartido, no a escondidas.
- Nina, ¿por qué me dices esto?
- Porque tu sabes por todo lo que yo pasé y ninguna mujer en el mundo se merecen pasar por tres decepciones seguidas y si Diego, esta siendo honesto conmigo y nos conocemos y nos va bien y sucede algo y que se yo termina siendo mi pareja, yo me lo merezco, merezco ser la mujer de alguien, no una amante.
- Tu no eres mi amante.
- Sabes que no hablo por ti.
- Disculpame por no ser lo que esperabas, Nina.
- Quiero intentarlo, con el y necesito que me apoyes, no que me lo dificultes.
- Es que no se...
- Dejame, averiguarlo por mi misma, Carlos.
- ¿Vas a ser precavida?
- Mira, te prometo, que cualquier decisión que involucre a Diego, te lo voy a contar a ti, a Patty y a mi psicólogo para que me puedan dar, cada uno, au perspectiva y tomar una decisión racional y no llevada por el momento, ¿estamos?
- Esta bien, pero, no hagas nada riesgoso.
- Si, está bien.
- Nina, yo siempre te voy a cuidar.
- Tu y media docena más de hombres.
- Lo digo en serio, si ese tipo.
- Se llama Diego.
- No lo llamaré por su nombre.
- Bueno.
- Si el te hace algo, cuando llegue a Iquitos, haré que le den una paliza que nunca olvidará.
- ¿En serio?
- Es que yo como extranjero si peleo me pueden expulsar, deben ser personas de la misma ciudad.
- Ok... jajajaja.
- Ve con cuidado por favor.
- Lo haré.
- Y no dejes de contarme como avancen en su relación.
- Aún no estamos.
- Pero por lo que veo, vas por ese camino.
- Bueno, vamos a conocernos.
- Nina, si no quisieras nada con el, no habrías subido una foto con él, te conozco.
- Bueno, si, ya.
- Se precavida.
- Yaaaaaaaaa.
- Quizá los celos no se me quiten en mucho tiempo, pero si no hay de otra, tendré que manejarlo.
- Carlos, lo que tu sientas, sinceramente me llega al carajo, porque según yo, tu amas a Catalina y no hay otra más para ti que ella.
- Entonces, lo vas a intentar con él.
- Es el propósito.
- Esta bien, pero cualquier cosa que pase, me avisas.
- Esta bien.
- No lo conozco y ya lo odio.
- Créeme que probablemente el también se sienta así contigo.
- Entonces no hay más que decir.
- Que ridículo eres.
- Ay Nina, es que tengo sentimientos encontrados.
- Hasta hace unos días me dijiste que nada que ver conmigo.
- Pues mentí.
- Pues ahora jodete, yo tome tus palabras como tal y yo ya tomé una decisión, voy a salir con Diego, vamos a conocernos y si funciona bien y si no, ahí se verá.
- Esta bien, yo quiero lo mejor para ti.
- Y yo para ti.

Dama Oscura