Historias del tinder. Mi cita llora.

Soy una persona muy poco social.
A decir verdad, me hace sentir muy incómoda tener gente cerca de mi, pero a veces requiero despejar mi mente, así que suelo utilizar aplicaciones de citas para conocer extraños.
Resulta que descargue tinder, si tinder.
Puse en mi perfil la frase "La clave esta en ahorcar al príncipe hasta que tenga el tono azul que deseas".
Le di Like a algunos chicos lugareños y como sabrán, la aplicación me notificó al menos unos 50 match.
No revise la aplicación hasta el sábado.
Cuando quise salir.
Me puse a mirar los mensajes y había un tipo de 30 años, que me invitaba a salir.
Yo pensé, no pierdo nada.
Aviso a un amigo "por siacaso" que voy a salir con alguien que no conozco y que si pasaba algo lo llamaba y que no apague el celular.
Y el me pidió que le avise cuando haya vuelto a casa.
De esto les hablaré otro día.
El tipo pasó por mi, era un sujeto de 1.80, corpulento y bastante bien parecido y yo pensé, esta noche me la voy a pasar muy bien.
Me subí a su moto.
- Unos amigos míos están en el Pardo, ¿quieres ir?
- Uhm... bueno, ya te dije las condiciones de salir.
- Si, si, ya me dijiste.
- Pues hagamos lo que tú quieras - dije abrazandolo.
Nos detuvimos en un restaurante del centro.
- Hay que cenar primero.
Ingresamos al local, comimos.
Me habló de el, de sus planes, de lo que tenía proyectado para ese año.
Yo soy muy buena escuchando a la gente, más de lo que me gustaría, el parecía tenerlo todo planeado.
- ¿Y mujer?
- No he tenido suerte - dijo bajando los ojos.
- Lastima, parece que lo tienes todo planeado.
- Pero seguro encuentro a alguien pronto.
- Te deseo mucha suerte en tu búsqueda.
- ¿Y qué me dices de ti?
- Pues verás, salí con algunos chicos pero nada importante...
- ¿Es todo?
- Es que lo que me cuentas me interesa mucho.
- No quieres hablar de ti, está bien - sonrió.
- Lo siento, yo... necesito confiar en alguien para contarle algo.
- No hay problema.
Salimos del restaurante, subimos a su moto.
- ¿Al Pardo?
- A donde quieras.
Manejo hasta el Pardo.
Entramos y nos reunimos con sus amigos, por suerte mia no conocía a ninguno.
Empezaron a tomar, y el sujeto, empezó a llorar...
¡¡Lloraba por su ex!!
Estaba tomando como si no hubiera mañana, yo estaba a su lado, se suponía que debíamos divertirnos y estaba llorando porque su ex lo dejó.
- ¿Estas bien? - dije acercándome a él.
- Perdóname - dijo aspirando sus mocos - se suponía que debíamos divertirnos, pero no puedo evitarlo, es reciente...
- No te preocupes, a todos nos pasa - dije sintiéndome mal por estar ahí.
Recibi un mensaje al WhatsApp.
- ¿Que haces?
Era Priscila, me escribía muy de vez en cuando.
- Salí con un tipo ¿y tú?
- Estoy a cinco metros de ti mirándote, voltea a la derecha.
Gire la cabeza y la vi, sonreí.
- ¿Que hago?
- Dile que vas al baño y ya no vuelvas.
Mire a mi acompañante, me acerqué a su oído y le dije "Voy al servicio, ya vuelvo".
Me dirigí a mi amiga y nos movimos un poco.
- ¿Ese tipo estaba llorando?
- ¡¡Como una nena!!
- ¿Que le hiciste?
- ¿Por qué asumes que yo le hice algo?
- Quizá porque es tu especialidad.
- Pues esta vez yo no tuve nada que ver.
- Estabas parada a su lado pidiendo auxilio porque el lloraba.
- Lloraba por su ex.
- ¿Es en serio?
- Si. Te cuento luego, creo que puedo verlo aún, vamos más allá.

Dama Oscura