- ¿Solo tienes estas zapatillas? - preguntó Cristóbal asombrado al ver mi pequeño equipaje.
- Pues si, meter zapatos en mi equipaje es complicado por la plataforma del zapato izquierdo, ocupa mucho espacio asi que solo traje un par.
- Vamos a comprarte un par de zapatos.
- Zapatillas, mejor...
- Zapatillas entonces...
Salimos al día siguiente a un mercado donde venden zapatos en diversas tiendas, una larga cuadra de zapaterías...
- ¿Como te gustan los zapatos? - pregunto Cristóbal.
- Zapatillas - respondi - que tengan la plantilla suave porque se me complica caminar.
Entramos a una tienda.
Cristóbal pidió una zapatilla con una característica específica.
- ¿Que talla eres? - me preguntaron de pronto.
- Treinta y cuatro.
- ¿Que? No me había dado que tienes los pies tan pequeños...
Cristóbal se quedo un rato mirando mis pies.
- Tus zapatillas son muy grandes para ser la talla que dices.
- Es treinta y seis.
- ¿Y por qué me dices una talla más pequeña?
- Apreta la punta.
Cristóbal apretó la punta de mi zapatilla descubriendo que era vacío.
- Ay enana...
El joven que nos atendía nos dijo que no había tala treinta y cuatro, le dije que me diera treinta y seis entonces y Cristóbal me interrumpió.
- Tenemos una larga fila de tiendas de zapatos, encontraremos de tu talla...
Nos fuimos, tienda por tienda, buscando las dichosas zapatillas, y nos terminamos la fila de tiendas sin éxito.
O no había la talla o había pero no con las especificaciones que queríamos.
Al final del día cansada del trajín rezongué.
- Realmente detesto ir de compras, yo entro a la primera tienda, me mido lo que mejor me queda y lo compro, no me la paso todas las tiendas buscando algo imposible de encontrar.
- Pero que lío contigo, encontrar zapatos de tu talla.
- Y ni que decir de mi ropa...
- ¿Por qué?
- Uso ropa infantil...
- ¿Estas segura que tu DNI es azul?
- Si... es azul...
- ¿Entonces qué hacemos?
- Volver a la primera tienda y comprar las zapatillas que me medí ahí talla treinta y seis.
Finalmente, volvimos a la primera tienda y me compro el primer par de zapatillas que me medí ese día...
Y ni que decir de encontrar una remodeladora para que le ponga la plataforma... nadie quería hacer el trabajo porque les parecía ridículo e innecesario... incluso recomendaron que si quería usar zapatos altos... que compre un par de zapatos altos y no modifique uno bien hecho...
Fue complicadísimo... al final encontramos un lugar donde lo hicieron y quedó...
La siguiente vez que me compro zapatos, se fue el solo, porque por obvias razones, yo detesto caminar.
Dama Oscura
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