Post-parto – Parte III

-        Sabes en breve vendrá mi amiga – dije buscando algún pretexto para hacer que se retire.

-        Entonces creo que ya es hora de que me retire – dijo ella al parecer entendió el mensaje.

-        Gracias por haber venido a verme.

-        Mañana vendré a verte.

-        Está bien.

Después de que se fue paso por mi lado una de las enfermeras y la llame.

-        Disculpa, cuanto tiempo tiene que pasar para que yo pueda irme a mi casa.

-        Cuarenta y ocho horas, dependiendo de cómo evolucione la mama y él bebe.

-        Gracias.

-        ¿Ya quieres irte?

-        En realidad sí.

-        ¿Por qué?

-        Discúlpame, pero detesto lo hospitales.

-        Es comprensible.

Me recosté de nuevo y me percate que hasta ese momento él bebe no lloraba, cada dos horas pasaba por nuestro lado una enfermera de neonatología gritando que debíamos dar de lactar al bebe y así lo hacía, le daba cosquillas en los pies para despertarlo y aun ahora lo sigo haciendo.

-        Hola – escucho de nuevo después de un rato.

Me doy la vuelta y mi amiga con su novio estaban al lado de mi cama, traían la cena.

-        Hola – dije sonriendo.

-        Vamos a llevar la ropa sucia.

Empecé a comer todo lo que encontraba vorazmente y cuando me di cuenta se estaban tomando fotos con él bebe haciendo poses cada vez más graciosas.

Cuando termine de comer me reí de lo que hacían, de pronto mi amiga empezó a desvestirlo y a revisarlo por todas partes.

-        Mira tiene su marca de Rojas.

Me acerque a mirarlo y en su piernita había un extraño lunar ya conocido en mi familia como “La marca Rojas” y me reí, luego le saco el pañal y se rio.

-        Que pasa – murmure.

-        Es huevon.

Me acerque a mirarlo y pude confirmar lo que decía.

Empezó a quitarle el resto de su ropa cuando de pronto una enfermera entro diciendo que iban a realizar el cambio de turno del bebe y que debían retirarse, me dijo que se iba a su casa, tomo todo lo que estaba sucio en mi cama y la sabana, tendió una sábana nueva y dijo que lavaría lo que llevaba que iría al día siguiente temprano.

A penas se retiró y me llamaron para hacerme un legrado, como aun no podía caminar uno de los asistentes trajo una silla de ruedas y me ayudo a llevarme a la sala, cuando estaba ahí se realizó el cambio de turno y luego me enviaron de regreso a mi cama.

Dama Oscura