Nunca te dejaré sola

- Enana - estábamos acostados, abrazados en la cama cuando empecé a llorar, Cristóbal se dió cuenta - enana, ¿por qué lloras?

- Por nada - dije con la garganta ahogada - ya sabes como soy, lloro por todo y por nada.

- Ay Nina, no me gusta verte así, dime, ¿por qué estás triste?

- Quiero quedarme aquí, abrazada contigo hasta impregnarme de tu olor.

- Nina, ay amor - dijo abrazándome, pegando su cara en mi cuerpo - sabes, a veces siento que eres tan pequeña y frágil, que si te abrazó muy fuerte, te puedo romper - sonriendo, limpió mi cara - ya no llores enana, no me gusta.

- Es que... te vas mañana y no puedo evitarlo.

- ¿Sabes lo carísimo que es para mi venir a verte? Así sea unos días, me pasé muchos meses ahorrando.

- Pero igual te vas y me quedaré aquí sola de nuevo... a veces ya no doy más, soy una extraña en esta ciudad, no encajo en ningún círculo social, encima mi facebook está lleno de pervertidos que... mira, me pasé toda la noche eliminandolos de mi cuenta personal y me bloquearon la opción por pishing.

- Es que bueno, tenías el máximo de amigos permitidos por facebook y te borraste 4000 en una sola noche, ¿que esperabas?

- Que no me bloqueen - dije haciendo puchero.

- A ver, mira, te voy a decir algo, que seguramente te pondrá de buen humor.

- Dime.

- Cuando termine esta situación, de la pandemia, nos iremos a Puerto Rico por un año.

- ¿Que haremos allá? 

- Yo trabajar y mantenerte, tu vas a pasear, tomarte fotos y escribir sobre los lugares que conozcas para tu pagina y una novela sobre el lugar.

- ¿Y luego de ese año? 

- Nos vamos a otro país.

- ¿Que país?

- No sé, ¿Que país te gustaría conocer?

- ¡México!

- ¿Por que México?

- No lo sé, me gusta México, quiero conocer México.

- Pues nos vamos a México, enana, lo que quiero que entiendas... - frunciendo las cejas - ¿que haces con tu barriga?

- Estoy bajando de peso muy rápidamente y se me esta colgando el pellejo, mira - jugando con la piel que me cuelga.

- Soy chef, se que hacer con el mondongo.

- ¿En qué momento me enamore de alguien tan pervertido como tú? - dije riendo.

- No lo sé, soy como soy desde que me conoces, un día me dijiste que tu novio te había dejado y yo... aproveche el caos para enamorarte.

- Te lo dije por llamada, recuerdo que te dije que no debes consolar a una mujer con el corazón roto porque se puede enamorar de ti.

- Y aquí estamos... deja tu barriga tranquila.

- No me gusta mi cuerpo.

- Me importa un carajo que no te guste, a mi me gusta tu cuerpo y es lo que realmente importa.

- Estoy muy gorda...

- ¿Y eso que tiene que ver? Gorda, flaca, enana, pedorra, te quiero con todo y eso... y tu no te pedorreas a flores.

- Ya va... solo estás unos días y luego te vas y sigues con tu vida y yo me quedo sola aquí.

- No es un hasta siempre, solo es un hasta luego.

- Ya no quiero estar así, estoy cansada...

- No será por mucho más, por favor, dame tregua, que se solucione la situación...

- Ya va... no me queda de otra.

- Recuerdas que me dijiste que querías vivir en el campo.

- Si - dije tapando mi cara.

- Pues, vamos a vagar por el mundo hasta que estemos viejos y nos vamos a pasar nuestros últimos años en el campo, a morir allá.

- ¿En el campo?

- Claro, cuando me dijiste que querías vivir en el campo, decidí que eso haríamos, lo haremos, por favor alégrate quieres.

- No deberías hacer promesas que no sabes si cumplirás.

- Pues ya conseguí el lugar, vamos a vivir allá y moriremos en el campo, seremos abono para las plantas.

- Me dedicaré a estudiar lo que pueda hasta que vengas por mi, mejor.

- Nina, por favor, escúchame.

- Te escucho.

- A mi no me interesa, el grado de instrucción que tengas, no me interesan tus títulos universitarios, no me interesa si no puedes darme más hijos, no me interesa nada de eso...

Me puse a llorar nuevamente.

- Ven aquí amor, no llores, quiero que entiendas algo - abrazándome.

- Dime - dije entre lágrimas.

- Muchas personas, se pasan la vida, estudiando una carrera universitaria que al final no les satisface, tu eres muy afortunada, tienes tu trabajo en la sangre, tu naciste con un talento único, y lo haces de manera excepcional, hoy en día los escritores son unos mediocres, tu talento te llevará muy lejos, solo continúa escribiendo, escribe todos los días, nunca dejes de escribir, cuando menos te des cuenta harán películas basadas en tus historias.

- ¿Y de qué me sirve si soy infeliz? - dije tratando de no llorar, inútilmente.

- Por favor, ya hemos esperado siete años, dame dos años, podemos esperar, te dará tiempo de estudiar mas...

- Ains... es mucho tiempo.

- Vendré a verte siempre que pueda, te lo prometo.

- Que Consuelo - dije abrazandolo - déjame quedarme así un rato más.

- Nina, te juro, mientras yo viva, te voy a cuidar, con todas mis fuerzas.

- Lo sé.

- Quiero que sepas, que eres mi mujer, mi niña, mi amante, mi engreída y te voy a cuidar siempre, si tengo que ser una bestia para alejar a cualquiera que quiera hacerte daño, lo seré, pero a ti, mientras estés a mi lado, nunca te va a pasar nada, nunca te dejaré sola, yo estaré contigo, siempre.

- Si te das cuenta, que cuando te vayas mañana, literalmente, estaré sola de nuevo.

- Pero volveré contigo, y en dos años, cuando vayamos a vivir juntos de nuevo, no volveré a separarme de ti, nunca más.

- ¿Estas seguro de lo que dices? - dije sonriendo.

- Si te pones loca me voy a pasear hasta que se te pase...

- Ya sabes el resultado de eso...

- Ah... tienes razón... te enroscaré en la sabana y te abrazaré hasta que se te pase.

- Ay que gracioso...

- Tengo que envolverte en las sábanas primero porque tienes uñas y ya me dejas bastante marcado el cuerpo cuando no estás de mal humor...

- Te amo.

- Yo también te amo, pero necesitas ser paciente.

- ¿En serio me estas pidiendo que sea paciente?

- Si Nina, No quiero saber que hiciste alguna locura, que intentaste hacerte daño de nuevo o que no quieres esperar.

- ¡¡Es muy difícil!! Cada día que pasa es estar muerta.

- Yo soy el que trabaja como esclavo cada día, solo, dedícate a estudiar y cuando menos te des cuenta, estaremos vagando por el mundo.

- Esta bien... no me queda de otra, de todas maneras.

- ¿Que quieres hacer hoy?

- Quedarme aquí contigo todo el día sin hacer nada.

- Mejor vamos por el bebé y les compro ropa.

- Vamos pues - dije levantándome de la cama.

- Venga, sonríe para mi.

Hice una mueca con la boca.

- Así quiero verte enana, deja que me lleve de ti una sonrisa, no tus lágrimas.

- Esta bien - dije suspirando.

- Mañana me voy, pero volveré más pronto de lo que te imaginas.

- Yaaa...

- Y tienes que dedicarte a estudiar, no es posible que tengas tan bajas notas. 

- Yaaa... que estrés contigo.

- Eres demasiado inteligente para dejarte jalar los cursos enana.

- Odio la universidad.

- ¿Entonces para que estudias?

- Porque hay computadoras y las puedo usar gratis todo el día si se me antoja, ahí aprovecho en escribir mis historias, es más fácil.

- Que niña más... bueno... igual, estudia, ya te dije, no solo se estudia por un cartón, el conocimiento es invaluable.

- Esta bien.

- Hay que levantarnos e ir por el bebe. 

- ¿Algo más patrón? - dije levantando las cejas.

- Si, aprovechemos la cama primero.

- Acabamos de hacerlo... ¿otra vez?

- Si ven aquí - Dijo jalándome del brazo.

Dama Osca