Alas inocentes

Ocurrió una mañana de Abril, en la fría ciudad de Cajamarca, era viernes, lo recuerdo muy bien, dormitaba en mi cama al lado de Cristóbal cuando me sentí algo incomoda, entonces el levanto las sabanas de improviso y ahí en nuestros cuerpos desnudos estaba una gran mancha de sangre muy oscura y con un olor fétido mezclado con el sudor de nuestros cuerpos, solté un grito, quizá mas por la sangre que lo que en si significaba, intente pararme de la cama y mas sangre empezó a brotar de entre mis piernas entonces lo supe, se estaba escapando de mi como el agua entre las manos, Cristóbal solo atino a llevarme al baño a limpiarme ponerme lo primero que encontró de ropa y llevarme en la camioneta al primer hospital (o posta no estoy segura) que encontró en el camino, los médicos demoraron algo de 10 minutos en atenderme (Sigo pensando la ineptitud del servicio de salud Peruano) y el medico solo atino a decir que tuve un aborto quizá por algún accidente o caída que pude haber tenido en esos días, fue cuando recordé que dos días antes me bañaba en la ducha con agua calientita (que rica xD) cuando al salir pise mal y caí de nalguita, por alguna razón en ese momento no sentí ningún dolor y tampoco se lo dije a Cristóbal puesto que creí que no era nada grave, de todos modos me había caído ya varias veces en las ultimas semanas…

Quizá hay sido producto de específicamente esa caída o de todas las que tuve por descuidada, no lo se, lo único que se es que ahora al tocarme la pancita no siento nada, solo el recuerdo de que por unos cortos meses de mi vida alguien se movía ahí y era feliz era tan feliz que pensaba en los posibles nombres que podría ponerle en caso de ser niña (ya que es costumbre en mi familia que el primer hijo sea mujer) cuando regrese del hospital aquel día ya habían limpiado todo y no había rastro de sangre como si no hubiera pasado nada, ahora puedo volver a usar mis pantalones como antes, ahora me vuelven a quedar tan bien como hace algunos meses y puedo comer todo lo que se me antoje sin tener nauseas, pero por las noches el recuerdo de aquellos sucesos tan aterradores me atormentan y no me dejan dormir, cada día me siento mas triste, mas apagada, quizá me sienta culpable por lo ocurrido, pero pasan los días y un resentimiento hacia Cristóbal aumenta por alguna razón inexplicable y cada día estamos mas distanciados, mas lejanos el uno del otro, aunque durmamos en la misma cama, me inunda el deseo de regresar con mis padres y olvidar todo lo que aquí ocurrió.

Dama Oscura